DELHI MASALA

Defensa 714, San Telmo
(011) 4300-3790
En Buenos Aires siempre fueron contados los restaurantes de cocina india. A pesar de que la migración de su población es una de las mayores del mundo, no han recalado muchos nativos en Argentina. Pero como todas las comunidades mantienen viva su cultura, vayan donde vayan. Y el reflejo más certero para acercarse a un pueblo como este -tan lejano y exótico para nosotros- es la gastronomía. En San Telmo, Dehli Masala se instaló en 2011 en un bello y antiguo local de la calle Defensa, que luce sobrio y despojado, apenas decorado con motivos tradicionales. Istayaz Mohamed, su propietario, oriundo de Nueva Delhi, concibió un menú típico, donde se destacan las diferentes clases de Curry y de cocciones al Tandoor, el horno vertical característico del norte de la India. Si bien los nombres originales de los platos escapan a nuestra comprensión, están descritos en la carta. De todos modos, una simpática camarera colombiana los explica con claridad, acercando estas preparaciones al público occidental. Un soleado mediodía de semana, abrió mi mesa con Nan (unos sabrosos panes chatos, sin miga) y Raita (una refrescante salsita de yogur y pepinos). Varias mesas estaban ocupadas, con clientes locales y extranjeros. El menú ostenta un listado de tragos tropicales, con jengibre, limón, menta y maracuyá, con y sin alcohol, para acompañar esta comida especiada y picante. Pero también cazan bien con cerveza o un rosado fresco, disponible y en precio. De entrada elegí las Samosas: unas empanaditas triangulares fritas, rellenas de papa, arvejas y pasas de uva. Rico el relleno, y la masa bastante crocante, como de hojaldre. Para probar el Tandoor me decidí por el Chicken Tikka, trozos de pollo marinados durante 24 horas en yogur, ajo y una mezcla de especies (Masala), donde prevalece el pimentón. Luego, atraviesan las piezas con unos pinches de hierro y los cuecen rápidamente en su horno especial. Quedan sabrosísimos. Los sirven de pechuga, por el gusto porteño, pero de muslo resultarían más jugosos. Una ensaladilla fresca y colorida acompaña este breve manjar. El Rogan Josh es el rey del Curry. El cordero, está cocinado en manteca clarificada, llamada Ghee, que representa la pureza. Rogan es Ghee en Persa, mientras Josh significa ardiente. Antes de marcharse con el pedido, la colombiana me preguntó el grado de picante. Hay tres: suave, medio y fuerte, como lo pedí. Resultó muy sabroso, lo mejor de todo. Se acompaña con Nan (los ofrecen en diversos sabores, de cebolla, ajo o neutro), el Raita y arroz Basmati, blanco y perfumado. Justamente ese día estaba en falta, por la dificultad creciente de conseguir ciertos productos importados. En su reemplazo, llegó un arroz común, de grano largo. Así y todo, fue un detalle irrelevante teniendo en cuenta la experiencia completa, que -a un precio razonable- acerca esta tierra de perfumes y sabores milenarios a los curiosos paladares porteños.

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