VENDANGE BISTRÓ

Zapiola 2196, Belgrano
(011) 4544-7400
La inusual esquina de Mendoza y Zapiola atrae con magia e historia. Hoy se la conoce como Casa Globo, un espacio de arte contemporáneo donde confluyen hace tiempo múltiples disciplinas, haciendo del lugar un recinto dinámico muy atractivo. Pero su espacio gastronómico siempre estuvo relegado al olvido, hasta que en abril de 2013 llegó Nicolás Colli, y la cosa cambió radicalmente. Formado por partida doble en la Escuela del Gato Dumas y en La Rabiata, el restaurante de su padre, muy recordado en Villa Urquiza (2006-2012). Colli (30 años, hace 15 que cocina) montó solo este bistró en el exquisito comedor victoriano, con mesas amplias, manteles de diseño, sillas Tiffany’s y mobiliario de época curtido por el tiempo. El pequeño salón -claro y alegre de día, romántico por las noches- continúa en la terracita y la vereda en la ochava, para comer bajo sombrillas dobles. El Chef lo define como “un bistró cosmopolita, de cocina moderna, de productos frescos preparados en el momento”. Yo probé la primera de la que serán sus tres cartas anuales, “Porque ya no hay más cuatro temporadas”, pronostica, climático. Muy suaves y frescos los Langostinos en Tempura, con un dip acorde. Me gustaron las dos de las cuatro pastas que presenta: ravioles negros de sepia con crema de azafrán y jengibre; y los de espinaca con crema de hongos al gratén, para nada cremosos. Debería añadir alguna opción más a las tres que tiene de Carnes y pescados. Los precios son amables, ningún plato roza las tres cifras. Igual de tentadores son sus mediodías ejecutivos, con tres opciones, bebida y café. Los miércoles por las noches Germán, el hermano de Nicolás, dirige unas cenas maridadas a tres pasos, también a valores razonables. Por esa razón se destaca la carta de vinos, con etiquetas poco frecuentadas. Una camarera chilena me atendió de maravillas. Coroné el almuerzo con un Volcán de chocolate verdadero, bien hecho, y un ristretto espeso con buena espuma. Todo servido en vajilla inglesa, a tono con el entorno histórico. Si uno tiene un juego de la abuela en casa que no usa, y la lleva, Colli le obsequia algo del menú. Una buena idea, para un gran lugar.

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