Boedo es un arrabal porteño legendario, donde el tango sembró su semilla. Homero Manzi compuso Sur en el bar que hoy lleva su nombre, esquina San Juan. A pocas cuadras de allí, en 2009, Gonzalo Hernández abrió al público la Carnicería Moreira, coronando una decena de locales del rubro nacidos en Mataderos. El barrio le tiró tanto que en la primavera del 2011 puso su primera parrilla sobre la calle Cochabamba, a metros de la Autopista 25 de Mayo. Un local en ochava con toldos en la vereda, salón y sótano acondicionado para recibir cien comensales aproximadamente. Acostumbrado a trabajar con buena materia prima, en Moreira Restó ofrece el mejor Novillito a la parrilla, y mucho más, a precios sensatos. Apuntado al público bien local pero con exigencias gourmet, el menú firmado por el Chef Fernando Terrazas repasa además otros sabores tradicionales, como las pastas amasadas a mano y la pesca grillada. Ostenta a su vez un amplio listado de platos inspirados en fuertes gastronomías como la Mediterránea (de Italia y España), y la latina (de México y Perú). Así y todo, los camareros atentos me recomendaron probar las sugerencias del Chef. La entraña Medio Tiempo sale con Papas Rosti y una salsa al Brandy, champiñones, cebolla morada y azúcar negra, para mi gusto personal resultó algo dulzona. El Sin Nombre es un vacío de fino, con provoleta asada y chutney de panceta, que sale con una (gran) papa entera al horno, con tomate seco, ajo y perejil. Aunque los prefiero bien jugosos, los cortes de carne destinados a estos platos -de autor, podríamos llamarlos- los cocinan a punto para que sus jugos no invadan las salsas. Sabores correctos que no desentonan con el gusto general, y las porciones son abundantes, tanto de día como de noche, aseguran. Durante el almuerzo se puebla de ejecutivos y vecinos de la zona. Y para la cena atienden grupos de amigos, familias y parejas en plan salida romántica. Un nuevo lugar que se afianza en Boedo.