Con el ADN de aquel Locos por el Fútbol que nació y fue furor en la década del noventa, el actual LxF conserva los puntos más salientes de la marca que trascendió las fronteras y se expandió por distintos puntos de Latinoamérica. En la actualidad, rebautizado, conserva la faceta deportiva (más de diez pantallas pueblan las paredes del ameno lugar) pero ahora a sumado un costado más cercano a los amigos, no “exclusivamente” en plan para ver alguno de los tantos eventos deportivos que se pueden ver cada día por televisión. Ahora emplazado en la coqueta esquina de Las Heras y Uriburu, está abierto todos los días y tiene propuestas a tono con distintos horarios. Es decir, en síntesis, se puede degustar de un rico desayuno o una nutrida merienda como también un buen almuerzo o cena. Admito que asistí con ciertos prejuicios, pero la picada completa que elegí estaba a tono con la historia del lugar: variedad de fiambres, varias cazuelitas. Todo sabroso y fresco. La picada para dos es abundante y la atención fue correcta. Yo no la probé, pero conversando con habitúes del lugar, me destacaron también el sandwich de lomito completo. Será para otra ocasión. Al lugar asisten muchos jóvenes, a quienes al mediodía se le agregan la gente que trabaja en la zona. También hay mucha presencia de turistas, atraídos por el valor de una marca con presencia internacional. Una buena opción gastronómica.