EL ARMENIO

Scalabrini Ortiz 3190, Palermo
(011) 4511-6600
  En Scalabrini Ortíz y Cerviño, donde Garbis supo conquistar a los vecinos del Palermo más elegante, El Armenio tomó la posta de cocina árabe, sumando a su vez platos porteños para todos los días. El local, amplio, mezcla su impronta típica con look convencional. Columnas con mayólica morisca, retratos de viajeros de medio oriente, salad bar y un estar para los más chicos. Escaleras arriba hay un salón imperial, espectacular oasis pintado al fresco que traslada al desierto como una alfombra mágica, destinado para eventos. Almorcé cobijándome de una feroz tormenta de verano. El salón bastante lleno, y el salad lucía bien. La carta de cocina armenia entusiasma, y los precios también. Un mozo dispuesto me abrió la mesa con Mahamara, una pasta roja de morrones con nueces especiada, ideal para el Lavash, el pan sin miga tradicional. Al mediodía despachan platos de cocina argentina, que la gente pide, pero yo me fui de viaje con el Keppe crudo, amasado al momento, que me sirvieron con aceite de oliva Zuelo. Llegué a destino sin escalas. Relamiéndome, me animé luego la degustación oriental, una selección poco visual de algunos manjares armenios: Mousakka (solo de berenjenas), Arroz Pilav (con cabellos de ángel), Keppe al horno (algo seco), un extraordinario Shis Kebab a la parrilla y unos Sarma de parra calentitos, rellenos de carne y arroz. Acompañé la gesta con un rosado fresco del año, lo mejor para esta cocina milenaria, intensa y refinada, mediterránea. El golpe de gracia fue la fusión de las fusiones: un Shawarma argento al wok, envuelto con pan pita, como si de un taco se tratase, con papas fritas. Tan sabroso como sorprendente. Platos que solo se encuentran por estas latitudes, pero solo en El Armenio. Donde la borra del café turco me reveló que un viaje no es un viaje si no se cuenta. Los invito a comprobarlo, ya me contarán.

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