A CIEGAS GOURMET (TEATRO CIEGO)

Zelaya 3006, Abasto
(011) 6379-8596
El arte y la gastronomía viven un romance eterno, que algunos se animan a reinterpretar, cada uno a su modo. Esto viene sucediendo a través del tiempo en todos los rincones del planeta. En el Teatro Ciego del Abasto, una de estas fusiones ya lleva cinco temporadas. Se trata de A Ciegas Gourmet, un espectáculo musical-gourmet en total oscuridad.  Experiencia inédita que genera curiosidad, y su público adepto. Lo comprobé cuando acudí a la extraña función, que se dio casi a salón lleno. Seríamos unas cuarenta, cincuenta personas (la cpacidad es de 64 personas sentadas). Fuimos conducidas en todo momento por los responsables del espectáculo, que -tras una meticulosa explicación y recomendaciones varias- ubican personalmente a cada integrante del público en un recinto donde no se ve absolutamente nada.  Soy uno de los últimos en sentarse. Cuando se vela un sentido, los otros aumentan: esa noche, el tacto y el oído se me agudizaron como los de un animal salvaje.  No hay calma, se percibe en los presentes un leve nerviosismo. Sobrevuela en el ambiente una rara excitación. La comida y el pan ya están servidos y en la mesa. Se adivina el vaso a tientas, donde escancian la primera ronda de bebidas.  Me gusta ver lo que como, y viceversa. El aspecto de la comida presta un servicio esencial al gusto, pero acá la cosa va por otro lado. En A Ciegas Gourmet, la gastronomía sirve de excusa para acompañar el show, que comienza de inmediato.  Durante el desarrollo del mismo, es inevitable no meditar sobre la ceguera, y los ciegos. Condición natural de los artistas del cartel de la obra, que representan una historia de arrabal, pasión y bohemia, hilvanada con temas musicales. Diferentes sonidos, aromas, texturas y otras sorpresas, nos rozan, como intensos protagonistas. Al final, no se sabe si la experiencia resulta algo extensa o si en la oscuridad el tiempo transcurre de otro modo.  Revelar la suerte culinaria de los bocados y todo lo que sucede a través de la función atentaría contra la naturaleza de la misma. Son pruebas para vivirlas personalmente.  Pasen y vean, ¡perdón! Sientan. Están advertidos.

Comentarios

Los comentarios se encuentran momentaneamente cerrados.