RESTAURANTE LICEO NAVAL

Intendente Cantillo 3200, Belgrano
(011) 4703-4074
Buenos Aires sorprende. En materia gastronómica, cuando se piensa que está todo visto, resurge algo nuevo, hasta ahora desapercibido. Esto sucede gracias al nuevo concesionario del Restaurante del Centro de Graduados del Liceo Naval Militar, una plácida marina náutica entre el Estadio de River Plate y la Ciudad Universitaria, que hace sesenta años funciona como Club deportivo y de recreación en un recodo verde de la ciudad, a orillas del Río de la Plata. Federico Petersen (31) se inició a los 18 en la cocina, de la mano de su familia, de reconocida estirpe culinaria. Continuó su formación en el exterior, trabajando en Marbella y montando la primera parrilla argentina en Dubbai, todo un éxito. En la actualidad dirige Kokken, concesionario gastronómico que desde el 2012 maneja el Restaurante Central del Centro de Graduados, abierto al público en general. Hay que animarse y llegar hasta ahí, y traspasar el mito de lo que representan ciertos ámbitos privados. El amplio salón comedor impacta con grandes ventanales con vista al amarradero, rodeado de bellos jardines muy bien cuidados. Mesas amplias y cómodas butacas de cuero le dan un cierto aire a Club inglés, muy tradicional. A la vera de la ciudad, el comensal se olvida totalmente de ella, ya que no se ve un solo edificio desde el predio. La carta se acomoda al lugar: ni demasiado sofisticada ni tan elemental. Tuvo muy buena aceptación, luego de una década para el olvido culinario. La actual dirigencia y su menú ya reposicionaron al Restaurante como un nuevo punto de encuentro, con buena cocina, a precios lógicos para su propuesta. Probé unas rabas panadas con salsa tártara intensa, con granos de mostaza antigua. Seguí con la sugerencia del mes, un Solomillo de cerdo braseado, con soja, jengibre y lima; acompañado con manzana asada y papa rellena. Rico plato, abundante. La oferta es amplia, con sándwiches y ensaladas gourmet, pastas, carnes rojas, blancas y pesca fresca elaborada. Se destaca la carta de vinos, que hace hincapié en pequeñas bodegas boutique con etiquetas poco vistas, gestada por Patricio Taylor, Sommelier y amigo de la casa. Patricio propone acuerdos según el estilo de platos, convence y da en la tecla con los vinos adecuados. También entrenó a las camareras (de muy buena labor) a preparar algunos tragos para servir durante los happy hour, otro buen programa que propone este nuevo descubrimiento porteño, para tener en cuenta.

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