En los últimos años la Avenida Pedro Goyena se ha transformado en un atractivo corredor gastronómico, gracias a un variado abanico de propuestas gourmet que le dan vida a unas veinte cuadras de este paseo empedrado, doble mano, arbolado de tipas añosas, que protegen la calle con su copa verde todo el año. A mitad del tramo, Posta Goyena recaló en Octubre 2012 en la ochava del que fuera un local de cocina regional, transformándolo en el restaurante de corte porteño que es hoy. Ya desde afuera se vislumbra el pequeño ruedo que encienden todos los días, con cruces de chivito, lechón, vacío y costillares de asado asándose al asador a leña. Adentro, la parrilla arde a la vista de los comensales del salón. Es el corazón de la cocina de la casa, que también ofrece minutas tradicionales, pastas caseras a buen precio, y una amplia variedad de pescados (lenguado, abadejo, salmón, merluza, trucha, pulpo y mariscos) de valores algo más elevados. Llego un miércoles por la noche, a salón lleno. Reciben con unas empanaditas fritas, mínimas, que uno se zampa de un bocado. De Entrada, probé la lengua vinagreta, muy buena, fresca y abundante. Bodegas mendocinas promocionan sus etiquetas a favor del cliente, que agradecen la buena atención de los mozos, que la ofrecen y atienden bien toda la noche. Los riñones llegan en brasero, para disfrutarlos con tiempo, a temperatura. Lo mismo sucede con la tira de asado banderita y el costillar al asador (cociéndose lentamente desde las cuatro de la tarde). Ambos cortes sabrosísimos, del mismo animal, en cocciones similares, pero tan diferentes. Verdadero festín patrio. Los postres siguen la línea telúrica. Sacan un buen Tiramisú casero y se destaca el mamón con quesillo fresco, como vigilante de lujo. La nutrida clientela le da vida al salón marrón, de esos clásicos de Buenos Aires, disfrutando la velada, con mesas bastante juntas. Posta Goyena está promocionando también los mediodías: habrá que tenerlo en cuenta para almuerzos ejecutivos, de negocios o esos prolongados, de sobremesa. Los mejores. Porque Posta Goyena da para todo. Es, en definitiva, una sólida apertura que se suma con peso propio a este nuevo paseo gastronómico del barrio.